¿Soy alcohólico o alcohólica? ¿Cómo puedo saber si la persona que quiero se está convirtiendo en alcohólica?

Algunos de nosotros, al día siguiente de haber tomado de más, nos preguntamos “¿no se me está saliendo de las manos el licor? ¿Y si soy alcohólico?. Las mismas preguntas se puede hacer una persona que convive con otra que toma demasiado: “¿no será alcohólico mi esposo, mi hija?. 

En primer lugar, tengamos en cuenta que convertirse en alcohólica o alcohólico es un fenómeno complejo y, en muchos casos, puede tomar años. Sin embargo, sí hay maneras de saber si yo soy alcohólico o alcohólica, o saber si la persona que quiero es alcohólica o está en proceso de convertirse en una.

Los psicólogos, psiquiatras, psicoanalistas y asistentas sociales han establecido, ya desde hace algún tiempo, una lista de criterios para establecer si una persona es alcohólica.

  • El primer criterio es que, tarde o temprano, a una persona alcohólica va a perder el control y se va a terminar emborrachando. Esto significa que alguien puede estar años sin tomar, pero basta que un día levante la primera copa para que todos los demonios del licor, que han estado guardados durante días, semanas, meses o incluso años, se despierten con un furor incontenible, sedientos de tomar control de la persona y la someta, muchas veces a pesar de sí misma. En ese sometimiento, el licor hará que la persona se comporte de manera desagradable (de una manera que hace tiempo no sucedía porque estaba sobria); que haga cosas horrorosas o feas de las que al día siguiente, por supuesto, se va a arrepentir y prometa (falsamente) que nunca más va a volver a tomar. De ello deducimos que, si una persona toma todos los días solo un vaso de licor y no se emborracha, entonces lo más probable es que no sea alcohólica.
  • Un segundo criterio para saber si una persona es alcohólica es que esta sienta la necesidad de querer disminuir o cambiar la manera en la que está tomando alcohol, porque su consumo de licor le está trayendo problemas.
  • Un tercer criterio es que uno se sienta culpable por las cosas que hizo o dejó de hacer por tomar licor.
  • Un cuarto criterio es que uno se sienta fastidiado cuando alguien critica su forma de tomar; es decir, no quiere que le digan nada sobre cómo toma,o que le digan, por ejemplo, que debe tomar menos o que se está emborrachando.
  • El quinto criterio es que, al día siguiente de haber tomado, la persona sienta la necesidad de tomar una copa más para "cortarla" o para "templar los nervios".

Basta con cumplir el primer criterio y tener por lo menos dos de los otros cuatro para pensar que es muy probable que usted o su ser querido sea alcohólico o esté teniendo serios problemas con el alcohol.

Otra manera para poder probar si usted es alcohólico o alcohólica es intentar tomar con moderación. Si a lo largo de un año  logra tomar con moderación, entonces podemos pensar que usted o su ser querido no es alcohólico o alcohólica.

¿Qué es tomar con moderación?


Una de las formas de tomar con moderación es tomar usando la regla del cuatro. ¿En qué consiste la regla del cuatro?

  1. Tomo un vaso de licor largo o un trago corto con poco contenido de alcohol.
  2. Tomo un vaso de agua.
  3. Como algo de comida.
  4. Espero una hora de tiempo, mientras bailo o converso.

Al cabo de una hora desde que tomé el primer vaso de licor, repito la secuencia y puedo hacerlo repetirla hasta cuatro veces durante toda la noche. Si puedo aferrarme a esta regla del cuatro y no emborracharme, lo más probable es que no sea alcohólico. En cambio, si termino tomando un quinto trago o me emborracho, lo más probable es que esté teniendo problemas con el alcohol o esté camino a convertirme en alcohólica o alcohólico.

Por supuesto, si usted está tomando medicación psicotrópica (ansiolíticos, antidepresivos u otros), lo más adecuado es que no tome licor. El licor va a potenciar los efectos secundarios de los medicamentos y, al mismo tiempo, los medicamentos van a hacer que el licor se vuelva más potente. Inclusive hay algunos trastornos, como el trastorno bipolar, en los cuales la fase maníaca se puede activar con el licor.

Para terminar, hasta hace poco, se pensaba que el alcohol, bebido en pequeñas cantidades (por ejemplo, una copa de vino diaria) era beneficioso para la salud. El hermoso proverbio italiano nos hablaba así de los beneficios del vino, afirmando que daba salud a quien lo tomara con moderación ("Chi beve un bicchiere di vino davanti la minestra, saluta al medico dalla finestra). Las malas o buenas noticias (según se quiera mirar) es que, según los últimos estudios, se ha podido establecer que el licor, sin importar la dosis, afecta a la sustancia gris del cerebro (la encargada de los procesos más complejos y complicados) . De hecho, en dos importantes estudios, uno con más de 20 mil participantes y otro con más de 30 mil, se ha podido establecer que el alcohol, sin importar si es un trago corto o largo, hace el cerebro más pequeño. Además,  cuanto más licor se ingiere, el cerebro se encoge no de forma proporcional, sino de forma exponencial (1, 2).

Por ello, me imagino que, de aquí a algún tiempo (muchas decenas de años), cuando la sociedad termine de asimilar estos descubrimientos, el licor pasará a ser considerado socialmente un perjuicio y terminaremos brindando con jugos de frutas.


Referencias:

Nature Communications. 4 de marzo de 2022. “Associations between alcohol consumption and gray and white matter volumes in the UK Biobank”. Doi: 10.1038/s41467-022-28735-5. 

Anya Topiwala, Klaus P. Ebmeier, Thomas Maullin-Sapey, Thomas E. Nichols . 2021. "No safe level of alcohol consumption for brain health: observational cohort study of 25,378 UK Biobank participants". https://doi.org/10.1101/2021.05.10.21256931   

No hay comentarios: